Jesús abre nuestros ojos a un mundo nuevo. Él siempre viene a cambiar nuestra vida.

Dios nos ha bendecido muchísimo, sin embargo, muchas veces, nos duele ver que lo haga también con otros.

"Dios no es deudor de nadie". Todo aquel que viva para Él recibirá cosas extraordinarias.

Aquello en lo que más confiamos se convierte en nuestra prioridad, ¡pero cuidado! Un día podría jugarnos en contra. Nadie ni nada puede salvarte solo Jesús.

Solemos pensar que tenemos el control de diversas cosas pero no es así. En la mayoría de los casos nosotros somos el objeto de control de algo más.

En algún momento de la vida todos somos deudores y deseamos ser perdonados ¿Qué tan dispuestos estamos a perdonar las deudas de otros?

El perdón es más que palabras o emociones. Es una necesidad para ser sanos y libres. Dios nos concede la posibilidad de experimentarlo.

Dios tiene tanto amor por nosotros que jamás se da por vencido hasta llevarnos de vuelta a casa.

Por error dejamos que la gente y circunstancias nos definan, pero no tiene por qué seguir siendo así.