Mamá no siempre pudo resolverlo todo, arreglarlo todo, o solucionarlo todo.
Mamá no siempre utilizó los mejores métodos, ni fue siempre prudente, o capaz de decir lo que era necesario o justo.
Mamá no siempre hizo lo correcto, y no tomó siempre las mejores decisiones.
Mamá solo fue mamá… mi mamá. La que hizo las cosas lo mejor que pudo, porque aprendió a ser mamá siendo mamá, equivocándose e intentando nuevamente.
Mamá fue una hija de su tiempo, de su historia, de sus traumas, hija de su realidad.
Hoy quiero poner a un lado mi mochila de reclamos, recordar lo bonito, y agradecer. Agradecer tanto empeño, tanto esfuerzo, tanto amor.