Nauru, situada en el Pacífico Central, apenas cuenta con 20 km² de superficie, lo que la convierte en uno de los países más pequeños y vulnerables del mundo. El aumento del nivel del mar, la erosión costera y las tormentas cada vez más frecuentes amenazan con engullir lo poco que queda de su territorio habitable. La situación es tan crítica que la propia existencia de la isla como nación soberana está en entredicho.
Para afrontar esta crisis, el gobierno ha optado por una medida tan insólita como desesperada: vender pasaportes por 105.000 dólares. Esta iniciativa permite a los compradores viajar sin visado a 89 países, entre ellos el Reino Unido y Singapur. Con los fondos recaudados, Nauru planea reubicar a gran parte de su población y levantar infraestructuras nuevas en lugares más seguros, en un intento de garantizar la continuidad de su pueblo, aunque sea lejos de su tierra natal.
Aunque suene extremo, Nauru podría ser solo el primero de muchos países insulares obligados a migrar por culpa del cambio climático