En 1970, Gianluigi Aponte y su esposa compraron un carguero viejo, el MV Patricia, para cubrir rutas olvidadas entre Italia y Somalia.
Lo que parecía una apuesta imposible se transformó en una estrategia brillante: adquirir barcos casi como chatarra, bajar precios y conquistar rutas que nadie quería.
Así nació Mediterranean Shipping Company (MSC).
Con el tiempo, esa fórmula de bajo coste y expansión constante convirtió a MSC en un gigante.
La compañía se extendió por África, Asia y América, y dio el salto al sector turístico con su flota de cruceros, que hoy compite con las más grandes del planeta.
Lo que empezó como un negocio familiar se volvió un imperio global.
Hoy, MSC es la mayor naviera del mundo: más de 900 barcos, operaciones en 500 puertos, y alrededor del 20 % del mercado mundial del transporte marítimo de contenedores.
Además, diversificó su actividad: trenes de carga, aerolíneas propias, e incluso adquisiciones en sectores como hospitales y medios de comunicación.
Y lo sorprendente es que, medio siglo después, la empresa sigue en manos de la misma familia que la fundó.
Fuentes: Financial Times, Forbes, MSC Corporate Website.