Groenlandia no está en venta, pero Trump intentó comprarla. No fue un capricho, sino una jugada estratégica. Esta inmensa isla helada está situada en un punto clave entre América, Europa y Rusia. Además, posee recursos muy codiciados como tierras raras, petróleo y gas, esenciales para sectores como la tecnología y la energía.

Groenlandia es una pieza fundamental para el control del Ártico, una región cada vez más disputada por las grandes potencias. Por eso Dinamarca ha decidido reforzar su presencia militar en la isla con una inversión superior a los mil millones de dólares. Entre sus planes: drones, patrulleras, bases militares y hasta trineos con perros para desplazarse en zonas inaccesibles.

Estados Unidos, por su parte, mantiene allí su única base en el Ártico, desde donde vigila los movimientos en la región. Todo apunta a que el control de Groenlandia podría convertirse en el próximo gran pulso geopolítico a nivel global.