Todos hemos sentido culpa en algún momento y sabemos lo desagradable que es ese sentimiento, y generalmente es consecuente a algún error que hemos cometido. Sin embargo, la culpa de emigrar es distinta, porque no hemos hecho nada malo, pero de alguna manera nos paralizamos a pensar ¿Por qué de alguna manera estamos viviendo una mejor vida que nuestros seres cercanos que no pudieron salir del país?.