Nicolás Maduro se posesionó como presidente de Venezuela para el período 2025-2031, tras el fraude electoral del pasado 28 de julio. Sin respaldo popular el dictador se mantiene por el apoyo de la Fuerza Armada, los cuerpos de seguridad y un entramado de organizaciones paraestatales dispuestas a todo en nombre del chavismo

En Venezuela se perpetró un fraude electoral, se desencadenó una de las peores olas de represión y violación de los derechos humanos y el régimen busca consolidar la dictadura. Entretanto, los intentos de Colombia por sostener una posición ponderada en dirección a una salida negociada no rindieron frutos y el gobierno del presidente Gustavo Petro se embrolla en las acrobacias narrativas para reconocer a Nicolás Maduro y conservar la relación bilateral, tratando de minimizar los costos políticos. Pero ¿debe Colombia reconocer a Nicolás Maduro?

Esta semana en “Esto no es una frontera, esto es un río” el panel: La situación en Venezuela del foro “A mitad del camino: análisis de la gestión del Gobierno Petro” de la entrega de los resultados de la Encuesta Polimétrica” de Cifras y Conceptos, la Fundación Konrad Adenauer y El Tiempo: El 51% de los encuestados está totalmente en desacuerdo con que el gobierno colombiano conserve las relaciones diplomáticas, comerciales y consulares con Venezuela, por la falta de legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro. El 90% de los encuestados está en desacuerdo con que el Gobierno colombiano reconozca a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela (2025-2031) el próximo 10 de enero, cuando se realiza la posesión presidencial. Y el 74% de los encuestados está totalmente en desacuerdo con que el gobierno del presidente Gustavo Petro mantenga al presidente Nicolás Maduro como garante en los procesos de negociación de la “Paz Total” con el ELN y las disidencias de las Farc.

Después de la victoria de Donald Trump en las elecciones del pasado 5 de noviembre y tras la nominación del senador Marco Rubio como secretario de Estado continuamos con la serie especial sobre la relación bilateral entre Venezuela y los Estados Unidos, analizando el complejo presente y las implicaciones para la democracia en el hemisferio.

Serie especial de tres episodios sobre la relación bilateral desde la llegada del chavismo El ascenso de la Revolución Bolivariana transformó la relación bilateral entre los Estados Unidos y Venezuela. Esta semana en “Esto no es una frontera, esto es un río” iniciamos la serie especial revisando la histórica relación entre la potencia norteamericana y la nación que hasta finales del siglo pasado fuera su proveedor cercano y seguro de petróleo y uno de sus más importantes aliados, pero con altos niveles de autonomía política.

El informe de la Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela muestra la evolución de los patrones de violaciones graves de los derechos humanos cometidas durante el período del 1 de septiembre de 2023 al 31 de agosto de 2024, dando cuenta de la brutal represión con 25 muertos, centenares de heridos y detenidos, en la que constituye una de las crisis de derechos humanos más agudas de la historia reciente del país.

Gran parte de los migrantes y solicitantes de asilo que cruzan de manera irregular la frontera entre Colombia y Panamá, huyen de la violencia, persecución y crisis humanitarias y van en busca de protección y oportunidades económicas en Estados Unidos. Según Migración Panamá, 1.140.280 personas han atravesado el Darién entre 2021 y agosto de 2024, cerca de 520 mil en 2023 y 238 mil en lo corrido de este año. Actualmente el 21% del total son menores de edad, el 67% tiene nacionalidad venezolana, el 6,3% colombiana y el 6,2% ecuatoriana. Esta semana en “Esto no es una frontera, esto es un río” socializamos el contenido del tercer reporte de la Bitácora Migratoria de 2024 del Observatorio de Venezuela y la Fundación Konrad Adenauer.

Esta semana en “Esto no es una frontera, esto es un río” abordamos las declaraciones sobre la crisis venezolana, el fraude electoral y la ola de represión en los discursos de los diferentes jefes de Estado en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, especialmente las de Gustavo Petro, presidente de Colombia.

Esta semana en “Esto no es una frontera, esto es un río”, analizamos la salida de Edmundo González Urrutia de Venezuela y las circunstancias entorno a su llegada a España. Así como, las declaraciones de Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, frente a las condiciones bajo las cuales se dio lugar a la firma de la carta por la cual se otorgó al presidente electo el salvo conducto para salir del país.

En el último año y medio, casi 700.000 personas cruzaron el Tapón del Darién, una selva pantanosa en la frontera entre Colombia y Panamá, en su camino al norte, a menudo hacia Estados Unidos. Durante su travesía por este difícil terreno, venezolanos, [colombianos], haitianos y ecuatorianos, así como procedentes de países de Asia y África, han sufrido graves abusos, incluyendo violencia sexual. Decenas, si no cientos, han perdido la vida o han desaparecido intentando cruzar la selva.” Human Rights Watch presentó el tercer informe dedicado a los flujos de movilidad humana por el Tapón del Darién en la Universidad del Rosario, el equipo de “Esto no es una frontera, esto es un río” comparte la presentación de Tirana Hassan, directora ejecutiva de HRW, sobre informe El Tapón del Darién: la selva donde confluyen las deficientes políticas migratorias de América Latina.