El continente africano es diverso y dinámico, y sus economías más potentes lo reflejan. En el quinto puesto se encuentra Marruecos, con un PIB de 152.000 millones de dólares, apoyado en sectores como el turismo y la industria automovilística.
En el cuarto lugar está Argelia, con 225.000 millones, gracias sobre todo a sus grandes reservas de gas y petróleo. Un escalón más arriba se sitúa Etiopía, con 258.000 millones, una economía en expansión pese a los retos políticos y sociales.
El segundo puesto es para Egipto, con 387.000 millones, motor regional en sectores como transporte y energía. Y liderando el ranking, Nigeria, con más de 470.000 millones de dólares, impulsada por su enorme población y sus recursos energéticos. La lección es clara: como en las finanzas personales, la riqueza depende no solo de los recursos, sino también de cómo se gestionan.