"Estoy esperando que Dios me diga" es algo que vas a escuchar muchas veces de personas que están a punto de comenzar algo o que está teniendo dudas de algo, esta postura generalmente es peligrosa porque suele estancarnos, creer que hasta que Dios hable vamos a poder hacer algo, y mientras estaremos de casa de brazos cruzados. La mayor indicación ya te la dieron en Mateo 28:19, y recordá que lo podes hacer desde el momento que te detenes a ayudar al que estaba con la mano extendida en la calle, ¿por qué estancarte?