El dentista de Eugenia de Montijo era el Dr. Thomas Evans, quien se convirtió en su amigo y confidente cercano. Evans era un dentista estadounidense que se trasladó a París y atendió a numerosas figuras de la alta sociedad, incluyendo a Eugenia.

Se dice que la emperatriz estaba muy preocupada por su apariencia y su higiene dental, y Evans le ayudó a mantener sus dientes en perfecto estado. También se dice que la relación entre Eugenia y Evans fue más allá de la atención dental y se convirtió en una amistad cercana y de confianza.

En resumen, el Dr. Thomas Evans fue el dentista de Eugenia de Montijo y se convirtió en su amigo y confidente cercano. Juntos, trabajaron en mantener su sonrisa hermosa y radiante, y también compartieron una relación de amistad y confianza fuera del ámbito dental.