El sector del automóvil en Europa supone el siete por ciento del PIB de los 27 y 14 millones de empleos. Trump se ha quejado en numerosas ocasiones del coche europeo. Cree que se venden demasiados en los Estados Unidos y por eso también les quiere poner aranceles. Pero sin necesidad de esta presión añadida nuestra industria del automóvil ya estaba tocada.
Demasiada competencia, en especial la llegada de coches de China y poca adaptación a las exigencias medioambientales que Bruselas ha impuesto. El vicepresidente de la Comisión Europea, encargado de la política industrial, Stephane Sejourné ha dicho hoy que hay que actuar, proteger un sector en peligro de muerte. Hay un plan para salvarlo que se ha elaborado bajo su supervisión y se presentaba hoy en Bruselas. Se trata de compaginar la salvación de la industria europea del automóvil y a la vez lograr que sea competitiva y verde.
Se quieren ofrecer al sector las herramientas para volver a ser competitivo en el mercado global y se le promete que se le defenderá ante la competencia desleal. Es decir, que seguirá habiendo más aranceles para China. Hablamos de ello con David Vidueiro, corresponsal comunitario y después le preguntamos a David Ortega, profesor de EADA Business School, experto en el mundo del automóvil.
Y siguiendo con el tema de los aranceles, Europa busca fórmulas para contestar pero no sólo directamente ante Estados unidos sino con medidas internas. El ministro de economía español, Carlos Cuerpo, proponía quitar los aranceles que se autoimpone la UE, unas barreras internas, que según datos de un informe del FMI, “equivalen a un arancel del 45% para las manufacturas y del 110% para los servicios”. En definitiva, apostar por avanzar de manera decidida en la consecución de este mercado interior de 450 millones de consumidores que tenemos en la Unión. Analizamos esta propuesta con Emilio González, profesor de Economía y Negocios de la Universidad de Nebrija.
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