La gracia es sinónimo del evangelio de Cristo, apartarse de ella significaría volverse a un evangelio falso (Gálatas 1:6). Por medio de ella se nos concibió la salvación desde la eternidad pasada, antes de la fundación del mundo, mediante la muerte expiatoria de Cristo (Hebreos 2:9).
Por esto es que a través de esta pequeña y corta palabra: gracia, proviene nuestra vida eterna. Los efectos de ella en nosotros son maravillosos y completos, ella nos capacita para el servicio, fortalece nuestro corazón a través de su Espíritu Santo, nos llama sus hijos, y lo más importante, nos da fe que es la condición para ser salvos.