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17 septiembre
San Roberto Belarmino
1 Timoteo 3, 14-16: “Realmente es grande el misterio del amor de Dios”
Salmo 110: “Alabemos a Dios de todo corazón”
San Lucas 7, 31-35: Tocamos la flauta y no bailaron, cantamos canciones tristes y no
lloraron”
Si la comparación que hace Jesús de aquella generación sólo fuera con los niños,
tendrían alguna disculpa a causa de su inocencia o de su sencillez. Pero esa
comparación llega con demasiada frecuencia a ser posible entre nosotros que nos
decimos adultos y maduros, nunca estamos conformes con lo que tenemos: ni con
nuestro cuerpo, ni con el clima, ni con la situación. Somos gordos, preferiríamos estar
delgados, si muy altos nos sentimos ridículos, si chaparros, manifestamos nuestros
complejos. Si hace calor ya estamos renegando pero si el frío nos hace tiritar, vienen
nuestras quejas. ¿Por qué no estamos conformes con lo que tenemos? Y no es que
Jesús nos proponga una actitud conformista o apática. No, su queja va contra aquellos
que todo critican y nada hacen. ¿Algo que ver con nosotros? ¿Vería alguna de
nuestras familias o de nuestras comunidades? Hay algunos que nos dedicamos a
encontrar el pelo en la sopa de todas las cosas. No hay cosa que nos parezca bien, a
todo le encontramos un pero. Y Jesús nos propone una actitud más positiva y sana:
dar a cada momento y a cada lugar su valor. O como decía alguien, en nuestros
términos, encontrarle el lado positivo a la vida. Así aquella generación tendría que
haber descubierto la justicia y la conversión predicada por el Bautista, y la misericordia
y la bondad encarnadas en Jesús que se acerca a los pecadores. Hoy también, que
para muchos es tiempo de crisis, tendremos que encontrar los valores de estos
tiempos y el regalo que nos hace Dios para vivir estos momentos, con sus retos, es
cierto, pero también con sus grandes logros y esperanzas.
By DeDosEnDos Comunidad Digital De Evangelizacion17 septiembre
San Roberto Belarmino
1 Timoteo 3, 14-16: “Realmente es grande el misterio del amor de Dios”
Salmo 110: “Alabemos a Dios de todo corazón”
San Lucas 7, 31-35: Tocamos la flauta y no bailaron, cantamos canciones tristes y no
lloraron”
Si la comparación que hace Jesús de aquella generación sólo fuera con los niños,
tendrían alguna disculpa a causa de su inocencia o de su sencillez. Pero esa
comparación llega con demasiada frecuencia a ser posible entre nosotros que nos
decimos adultos y maduros, nunca estamos conformes con lo que tenemos: ni con
nuestro cuerpo, ni con el clima, ni con la situación. Somos gordos, preferiríamos estar
delgados, si muy altos nos sentimos ridículos, si chaparros, manifestamos nuestros
complejos. Si hace calor ya estamos renegando pero si el frío nos hace tiritar, vienen
nuestras quejas. ¿Por qué no estamos conformes con lo que tenemos? Y no es que
Jesús nos proponga una actitud conformista o apática. No, su queja va contra aquellos
que todo critican y nada hacen. ¿Algo que ver con nosotros? ¿Vería alguna de
nuestras familias o de nuestras comunidades? Hay algunos que nos dedicamos a
encontrar el pelo en la sopa de todas las cosas. No hay cosa que nos parezca bien, a
todo le encontramos un pero. Y Jesús nos propone una actitud más positiva y sana:
dar a cada momento y a cada lugar su valor. O como decía alguien, en nuestros
términos, encontrarle el lado positivo a la vida. Así aquella generación tendría que
haber descubierto la justicia y la conversión predicada por el Bautista, y la misericordia
y la bondad encarnadas en Jesús que se acerca a los pecadores. Hoy también, que
para muchos es tiempo de crisis, tendremos que encontrar los valores de estos
tiempos y el regalo que nos hace Dios para vivir estos momentos, con sus retos, es
cierto, pero también con sus grandes logros y esperanzas.