nuevo siglo, cuando Manel puso de moda en toda la Península Ibérica lo que por

entonces se llamó “el indie catalán”. Su concierto

mítico en la ya desaparecida Nasti de Madrid, cuando apenas habían publicado su

debut ‘Els Millors Professors Europeus’ (2008), generó tal expectación que el

barrio de Malasaña se llenó de fans sin entrada haciendo cola por si aparecía

un milagro.

 

En realidad no era ninguna moda, venía de antiguo: desde Antonia Fònt y Joan Miquel Oliver a propuestas como las de Mishima,

Joan Colomo, Sanjosex y Mazoni. Coincidiendo con Manel aparecieron otros

grupos, de El Petit de Cal Eril a Els Amics de Les Arts, que recordaban a ese

folk pop con aires teatrales. Fue unos años después, hace ahora una década,

cuando desde Barcelona surgió Exili a Alba, una banda que en cierto modo supo

distanciarse de esa tendencia mirando hacia un sonido más anglosajón.

“Partimos del indie-rock para explorar terrenos como el

synth-pop, el rock progresivo y el shoegaze”, explica el propio grupo en su

perfil de Spotify. En efecto, estas canciones evocan a los pasajes más

introspectivos (y melódicos) de Bon Iver pero también a los arranques

guitarreros y oscuros de Interpol o los ritmos de baile de Bloc Party, todo

ello con un aroma propio al lugar al que pertenecen. Este último trabajo debe

posicionarles como uno de los grupos que está retomando esa escena indie que

causó furor hace más de una década.

José Fajardo.