Aquí les cuento la historia de Miguel, un chico normal, que atravesó la prueba más grande de su vida con sólo 11 años. Conoció personalmente a los ángeles en medio de una gran crisis. Él es la prueba más clara de que los milagros si existen, incluso cuando la ciencia no lograba explicar ¿qué sucedió? No se puede entender un milagro con la cabeza, hay que hacerlo con el corazón, conectado al alma.