Hace muchos años, cuando reinaban las tinieblas sobre la oscuridad, el marqués de Cârța construyó el monasterio. Escribió texto tenebrosos, un grimonio repleto de fórmulas mágicas que abrieron un portal por el que diablos y almas en pena encontraron una salida al mundo de los vivos.La iglesia, con su ejército de templarios, cerró el portal ayudados de una reliquia que contenía la sangre de Cristo. Nuestra congregación fue enviada para proteger la abadía, comenzamos entonces un ritual de oración perpetua, que continúa hasta nuestros días.Pero tras la II guerra mundial, la abadía fue bombardeada y el portal se abrió nuevamente.Por algún motivo que desconocemos el mal se abre camino con más fuerza día a día. En la aldea temen. Acercarse a nuestras tierras y nos acusan de ser la causa de las pérdidas de la cosecha, de la enfermedad y muerte de los niños. Y yo, siendo sincera, no creo que anden desencaminados.Así explicaba la priora del monasterio el origen de los acontecimientos que se venían dando, desde el día que apareció ahorcada una de las monjas de su congregación al padre Burke y a la novicia Irene.