eXtrañas heterodoXias

El amor es una experiencia que nos empuja a estar fuera de sí. Un desplazamiento que como todo lo mistérico experimentamos pero que la historia de la humanidad continúa sin consensuar una explicación unánime. Hablar del éxtasis es extremar la idea de amor y su realización espiritual. Santa Teresa como máximo exponente de su divulgación a partir de sus continuas vivencias han hecho de su proclamación algo asumido en nuestro lenguaje más coloquial. Estar extasiados debería ser una forma de entender nuestra existencia en esta realidad que aunque atravesados por diferentes hechos siempre alentados y aunados por el amor al otro, a lo otro.

A partir de mi participación en la 36 edición del festival "Reencuentros polifónicos de Calvi" construyo un memorándum con algunas de las formaciones con las compartí cartel. Hallazgos, descubrimientos, nuevos conocimientos de diversas formas de entender la polifonía, más que como un conjunto de voces que cantan, un punto de unión de las diferentes culturas que pueblan y conforman el mundo. Voces solistas, diçalogos, coros, instrumentos autóctonos o mecanismos universales como las músicas electrónicas conforman un universo que siempre nos espera para que sigamos descubriéndolo.

El escritor y científico Liechtenberg denunció ya en el siglo XVIII que aún nadie se había atrevido a escribir la historia de los hombres que duermen. En pleno siglo XXI dicha historia sigue sin escribirse a pesar de los positivos estudios psicoanalíticos emprendidos por Freud y Jung. Sueño y vigilia, dos realidades porosas, entrecruzadas que se retroalimentan y hacen de nuestra existencia un campo multitemporal. En estos dos mundos hay algo que nunca duerme, la música. En ella encontramos la máxima expresión de la creatividad relacionada con el arte y es la que tiene el poder de romper la idea de tiempo cronológico. Un sueño creador que evocando a la filósofa María Zambrano hace del onirismo y su escucha realidades inseparables para desde ahí crear otras nuevas y a su vez intensificarlas.

Desde un retiro vacacional el tiempo toma su máximo sentido de quietud y es ahí cuando su concepción nos ayuda a escuchar y reconocer nuevas realidades para afrontar el inminente futuro. Un feliz día de verano puede estar compuesto de momentos de reflexión como también por jubilosas jornadas nocturnas llenas de manjares y bailes hasta la fecha desconocidos. Un programa que recopila esas novedosas músicas que se descubren en un momento donde otorgamos a la escucha de las cosas otro espacio y prioridad en nuestras vidas. Solo desde esa concienciación podemos abrazar nuevas aventuras.

Como último programa de la tercera temporada del programa eXtrañas heterodoXias planteamos un episodio desarrollado a partir de mi comisariado junto a Cristina Consuegra de los Cursos de Verano de la Fundación General de la Universidad de Málaga 2024 titulados "El ritual ante sus exilios". Una programación con la participación del filósofo Ramón Andrés, la filósofa Remedios Zafra, el cocinero Edu Pérez y el escritor Andrés Neuman que nos conducirán con sus reflexiones a escuchar las músicas de Gustav Mahler, Nick Cave, Ecos del Rocío o Herbert, entre otros. 

Se suele decir que los hombres y las mujeres interesantes suelen ser aquellas personas que han vivido varias vidas en una sola. Del protagonista de nuestro monográfico Thomas Merton podríamos aseverar algo parecido ya que a pesar de su corta vida, recordemos que murió con 53 años, la intensidad con la que la vivió es merecedora de reconocimiento en el sentido cuantitativo y cualitativo. Su actividad realmente prodigiosa atravesada por su vocación espiritual y social le hizo ser un escritor muy prolífico y un orador que viajó por todo el mundo compartiendo la palabra de Dios y de los hombres. Decía que si alguien quiere cambios bruscos, desvíos, no tiene que ir muy lejos. Eso sí, el amor siempre nos sorprende de nuevo. Y de eso  trataron sus vidas y de eso trata el siguiente programa, es decir, de amor, amor y más amor. 

En pintura las natura morta han sido la forma compositiva referencial más utilizada por la mayoría de pintores de diferentes épocas. Todo ello demuestra un interés por lo inanimado representado en lo objetual. Composiciones construidas sobre una mesa en la que se colocan objetos orgánicos o naturales como fruta, flores así como artículos para el hogar, la cacería o la gastronomía. De ellas nacieron las vanitas, ese subgénero que resalta la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte como fin de los placeres mundanos. La natura morta como hija del pensamiento más tradicional plantea que lo muerto es lo que no tiene alma, aquello que separa el alma del cuerpo pero sabemos que pasados los años la idea de muerte ha ido cambiando y que según las diferentes tradiciones y también las ideologías esas ideas cambian de escucha y por lo tanto, de parecer. ¿A qué suena la muerta naturaleza?

Hablar del tránsito a la muerte, del más allá o del pasar de un estado de vida a un estado de muerte es a fin de cuentas un discurso de la inexperiencia a pesar de los diferentes relatos que tenemos al respecto. Estar en vilo ante el devenir del cuerpo es algo que ha preocupado a todas las culturas y generaciones. Existen miles de hipótesis y algunas de ellas coinciden de cómo es esa travesía. Preguntarse por ello y reflexionar es cosa de vivos. ¿Qué nos tiene que decir la infancia sobre la muerte?

¿De qué lenguajes podemos servirnos para hablarle a la muerte? ¿Cómo se relacionan el tabú y la metáfora? ¿Para qué preguntar sobre la muerte si no hay respuestas definitivas? ¿Qué hacemos con la muerte? ¿Nos la comemos o la compartimos? ¿La tapamos o la enfocamos? ¿Y si la pensamos? ¿Y si la cantamos?

Una sesión de baile para descubrir nuevos talentos o redescubrir clásicos del mundo del tecno. La 31º edición de Sónar Festival celebrado en la ciudad condal hace unos días es el marco idóneo para que todo ello se de y este nuevo episodio pretende con esta sesión de escucha contribuir más si cabe a la expansión de unas músicas que siguen siendo electrónicas en su hacer y eléctricas en su practicar. Bailemos pues con Mare advertencia con tayhana, Moktar, Kabeaushe, Marie Davidson, La Francessa, Tommy Cash con Kaarija, Skin on skin, Laurent Garnier, Paul Kalkbrenner, Richie Hawtin y Charlotte de Witte.

La poesía y su música son parte de cualquier cancionero tradicional que se preste. Canciones escritas no solo por letristas sino por poetas que entendieron la música y su ritmo melódico como algo más que la composición de unos versos rimados o sin rimar. En un sinfín de referencias hemos elegido algunas extrañas heterodoxias a partir de versos de Juan Ramón Jiménez, Leopoldo María Panero, Rosalía de Castro, Ausias March o Fernando Villalón, entre otros. Poemas que han servido a múltiples voces y músicos como espacio idóneo para desplazar la idea del cantautor y sobre todo del poema tradicional ya que en ellos se da todo lo que lo musical y lo poético necesita para brillar en su máximo esplendor.