En la ciudad, "Freddy", mejor conocido como SEKTA era considerado una leyenda del graffiti.

Sus murales no solo decoraban las calles, sino que contaban historias.

Los colores vibrantes y las figuras poderosas que plasmaba en las paredes lo habían convertido en el mejor muralista de la ciudad.

Nadie podía competir con su estilo, su precisión y la pasión que ponía en cada trazo.

Sin embargo, un día algo extraño comenzó a suceder. Uno de sus murales amaneció manchado y tachado, cubierto por extrañas marcas negras que no parecían tener un patrón, solo caos.

Al principio, SEKTA pensó que era obra de algún rival envidioso o alguien que no apreciaba el arte callejero, pero luego ocurrió de nuevo. Y otra vez.

Murales que había pintado en los rincones más recónditos de la ciudad aparecían destruidos al amanecer. Las marcas negras parecían sombras, como si una figura oscura hubiera atravesado el muro.

Lo más inquietante era que, a medida que los murales se iban manchando, SEKTA sentía que algo lo estaba observando cada vez que salía a pintar de noche.

Una presencia que se deslizaba entre los callejones, acechándolo.

Freddy decidió investigar quién estaba detrás de la destrucción de su arte.

Una noche, oculto en una azotea frente a uno de sus murales, lo vio por primera vez: El Hombre Sombra.

Una figura oscura, humanoide, pero sin rostro. Era como si la propia oscuridad hubiera cobrado vida y se moviera por las paredes, dejando tras de sí una mancha negra y maldita.

Intentó enfrentarse al Hombre Sombra, pero cada vez que se acercaba, la figura se desvanecía, deslizándose entre los muros.

SEKTA se dio cuenta de que no era un simple graffitero rival: era algo sobrenatural.

La figura dejaba un rastro de manchas que no podía ser cubierto ni con el aerosol más fuerte.

Los colores de SEKTA desaparecían bajo esa negrura, como si sus murales estuvieran siendo devorados por una maldición.

[Spoken Word]

Cada vez que SEKTA pintaba algo nuevo, El Hombre Sombra lo destruía al día siguiente. La frustración y el miedo comenzaron a consumirlo.

SEKTA, desesperado, empezó a buscar respuestas entre los viejos muralistas de la ciudad.

Uno de ellos le habló de una leyenda antigua: un espíritu conocido como El Hombre Sombra, que atrapaba a los artistas en sus propias creaciones.

Según el mito, había maldecido a varios muralistas en el pasado, dejándolos atrapados para siempre dentro de sus propias pinturas, prisioneros en un mundo de sombras.

Escuchalo para saber la conclusión.........