La semana pasada escribí un artículo dedicado a los ensayadores Ballesteros. Decía que eran una importante familia de plateros de Sevilla en la segunda mitad del siglo XVI. Hernando de Ballesteros “el Viejo” fue platero catedralicio. Su hijo primogénito Hernando de Ballesteros “el Mozo” siguió sus pasos en la Catedral de Sevilla, aunque con menos fortuna porque no le encomendaron obras tan relevantes como a su padre; también ensayó monedas en la ceca de Sevilla entre 1591 y 1593, con la marca “H”. El segundo hijo de “el Viejo”, Juan de Ballesteros, marchó a América en 1564 y, tras trabajar como comerciante de plata, acabó siendo ensayador de la ceca de Potosí.