En nuestras vocaciones todo el tiempo estamos tomando decisiones difíciles. Huir al Señor y refugiarnos en él para que venga a ser el centro de nuestros trabajos y empresas.

Desarrollar nuestras profesiones y empresas confiados en Dios y siendo administradores fieles de su creación.

La oración es parte de la vida del creyente. Dios nos ha dado la libertad para buscarlo.

Trabajar confiados en medio de la incertidumbre es un regalo que Dios nos da cuando confiamos en él y lo ponemos en el centro.

Se nos ha dado el trabajo para hacerlo con responsabilidad, con un corazón moldeable y para servir al Señor

La prosperidad en el trabajo es el resultado de poner el evangelio en el centro de él y deleitarnos en hacer su voluntad.