Flashback digital: Cuando los SMS costaban
Hubo un tiempo en el que enviar un mensaje de texto no era gratis ni ilimitado. A finales de los 90 y principios de los 2000, los SMS eran una auténtica revolución en la comunicación móvil, pero también un pequeño lujo: cada mensaje costaba dinero, y las tarifas variaban según el operador y el país.
Esto obligaba a escribir con cuidado, medir cada palabra y, muchas veces, recurrir a abreviaturas para no sobrepasar los 160 caracteres. Surgieron códigos y formas de escribir únicas de la época: “tqm” para “te quiero mucho”, “k” para “que”, o “xq” para “porque”. El límite técnico y el coste económico forjaron una manera de comunicarse rápida y directa, muy diferente al exceso de mensajes y emojis que tenemos hoy.
También estaban los mensajes encadenados para conversaciones más largas, y los famosos “toques” o SMS vacíos para avisar sin gastar demasiado. Cada mensaje contaba, y cada envío tenía un valor real, tanto monetario como sentimental.
Hoy, con la mensajería instantánea gratuita y omnipresente, cuesta imaginar que en su día los SMS fueran la joya de la corona de la telefonía móvil. Pero para quienes lo vivimos, cada notificación era un pequeño acontecimiento.
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