Se nos va de ojo que querer controlarlo todo desquicia la mente, en un marco de creciente mixtura, diversidad y saturación informativa que delinean un contexto social más complejo que nunca.
Fluir es la receta para salir de este sinsentido en un presente donde los problemas y las crisis surgen y se superponen continuamente y de manera apremiante.
Fluir no es desentenderse, si no aprender a gestionar los tiempos y los problemas para adoptar decisiones responsables, y no controlarlo todo que induce a adoptar decisiones irresponsables. Contextualizar los problemas para dar a cada uno la importancia justa que tienen, y no la que nos quieren hacer ver. No comprar teorías ajenas sin reflexionar. Pensar en lo que razonablemente se puede cambiar en cada momento y lo que no. Y sustituir el concepto de preocupación por el de ocupación, son las claves para no engrandecer los problemas y liberarnos de empeños imposibles. ¿Qué no se te vaya de ojo!