Tuvo un papel determinante tanto a nivel global como a nivel particular y aún así se le mantuvo muy al margen de lo público.

Y sin embargo, nos dejó el mejor ejemplo de cómo entender la paternidad de Dios en nuestras vidas.

Aunque parezca poco, podemos ofrecerle a Dios TODO lo que hacemos en el día, y para Él será el más bello de los regalos.

Saber callar es una virtud que se cultiva con paciencia y prudencia.

Pero que al conseguirla te lleva directo a grandes riquezas.

A veces todo nuestro cuerpo parece conspirar en contra de nuestra concentración; es en esos momentos cuando nuestro Ángel custodio puede ayudarnos bastante.

Un encuentro con Jesús no necesita darse en un contexto espectacular; al contrario, puedes, o, mejor dicho, ¡debes tratar de encontrarte con Él a diario y en todo momento!

Por más intrascendente que parezca lo que estés haciendo, ahí puedes llevarte una gran sorpresa.

Nuestro ángel de la guarda es nuestro mejor herramienta para construirnos un camino de santidad que nazca de buenas ideas en el día a día, no subestimemos su ayuda y fomentemos una relación viva con él.

Nuestro corazón puede volverse un hogar para Dios, solo es cosa de que le hagamos un pequeño espacio entre tantas “pertenencias” que ya tenemos acumuladas.

Tener alimento en el plato nos puede servir para aprender a tener hambre de Dios en nuestro corazón.

Primer capítulo de nuestro nuevo proyecto; un podcast en el que comparto pequeños fragmentos de mi vida cotidiana intentando mantenerme cerca de Dios.

Con esta pequeña oración rimada los invito a que se preparen a descansar mejor todas las noches para que sus días comiencen de una mejor manera.