Nosotros hemos pasado desde los planos de una ignorancia infantil al punto en el que hoy nos encontramos, y sería absolutamente contrario a las leyes de la analogía el suponer que cualquiera cosa en la línea religiosa que poseemos actualmente es lo definitivo, pues si no tuviera que haber más progreso religioso, no habría tampoco más progresos humanos.
Ahora bien, entonces, ¿ cúal es el camino que conduce a las alturas de la religión y dónde podemos encontrarlo?
Esto parece que es la inmediata cuestión lógica.
La contestación a este interrogante es que no se encuentra en los libros, ya sean los míos o los de cualquiera otro.
Los libros son utiles mientras proporcionan ideas a nuestro pensamiento sobre las materias de que tratan.
Nosotros podemos o no podemos llegar a las mismas conclusiones que el autor de los libros, pero en tanto que infiltramos las ideas en ellos vertidas en nuestro propio ser y allí actuar con ellas cuidadosa y devocionalmente, lo que extraigamos del proceso es nuestro, de nuestro propio ser y más cerca de la verdad que cualquiera otra cosa que alcancemos mediante cualquiera otro, o por cualquier otro medio.
Nuestro fuero interno, pues, es el solo tribunal de la verdad de valía. Si nosotros consistente y persistentemente llevamos nuestros problemas ante este tribunal, desarrollaremos con el tiempo un sentido superior de la verdad con el cual, instintivamente, dondequiera que oigamos una idea avanzada, nosotros conoceremos si es sana y verdadera, o lo contrario.
La Biblia en lugares distintos nos exhorta a guardarnos de todas las clases de doctrinas que flotan en el aire a nuestro alrededor, porque muchas son peligrosas y alteran la mente.
Los libros son lanzados al mercado que anuncian esta, aquella, o la otra clase de filosofía.
A menos que nosotros hayamos establecido, o empezado a establecer este interno tribunal de la verdad, nosotros seremos como la señora referida mas arriba, e iremos deambulando de un sitio a otro, mentalmente hablando, toda nuestra vida sin hallar descanso y conociendo al final un poco mas que al principio, o acaso menos aun.