Igual que le sucedió a Camela durante décadas,

Fuel Fandango ha sido maltratado por cierta parte de la crítica musical en

España. Pero resulta que ahora, cuando triunfan las propuestas que le apuestan

a la fusión, quienes les habían despreciado deciden reivindicarles. Ya era

hora. Aunque son bandas bien distintas, el éxito actual de ambas (Camela y Fuel

Fandango) simbolizan estos nuevos tiempos donde, por suerte, los prejuicios ya

huelen a rancio.

Mucho antes de que Rosalía

se saltara por bulerías el flamenco ortodoxo, el productor canario Alejandro

Acosta y la cantante cordobesa Nita ya se atrevían a imaginar un cante jondo

para el siglo XXI, donde la electrónica (house, disco) y la música negra (funk)

se cruzaba sin complejos con la tradición española. Dos visionarios que

supieron adelantarse a la tendencia de la nueva música moderna que hoy triunfa

en todo el mundo: el cruce entre el folclore y las tendencias globales.  

Este cuarto disco es la

obra más ambiciosa de una carrera que nunca avanzó por el camino fácil.

Inspirado en su última gira por medio mundo, el dúo reivindica las percusiones

africanas, las voces de Oumou Sangaré y Fatoumata Diawara y ciertas sonoridades

de América Latina sin perder su sabor original: el quejío flamenco y la música

de baile. Destaca la colaboración con el guitarrista Vicente Amigo (‘Estamos

solos’) y el muy moderno single ‘Despertaré’.  

José Fajardo