No conozco el desierto por el que estás cruzando en este momento, pero vengo a recordarte que el desierto no es más grande que Dios, y menos de su propósito para vos. Relajá. Estás ahí porque Dios quiere que lo cruces, porque quiere enamorarte de nuevo. Dios te ama. Confía en Él.
Jesús fue al desierto. Yo crucé el desierto. Vos, también, podes salir de ahí.
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” Oseas 2:14