La "locura" de la cruz radica en que desafía las normas y valores
humanos convencionales. La cruz representa el sufrimiento extremo y la
humillación, pero al mismo tiempo simboliza la esperanza y la redención.
En lugar de buscar la grandeza y el poder terrenal, la fe cristiana
sostiene que la verdadera grandeza se encuentra en la humildad y el
servicio desinteresado, como se ilustra en la vida y enseñanzas de
Jesucristo. La cruz representa la victoria de Dios sobre el pecado y la muerte, y
el medio a través del cual la humanidad puede encontrar la salvación y
la reconciliación con Dios.