Si hacemos referencia a las cinco emociones básicas (felicidad, ira, ansiedad, tristeza y asco), establecidas por Oatley y Johnson-Laird (1.987), y enlazándolas con el trabajo semanal del entrenador de fútbol, no resulta, para nada extraño, que dichas emociones se manifiesten en la persona del técnico, a lo largo de los siete días que abarca el período previo al partido de competición.