Las casas de apuestas auspician ligas y equipos de todo el continente, con lo que han logrado dar legitimidad a su negocio. Pero al mismo tiempo hay alertas de aumento de ludopatía y de mafias de arreglo de partidos. En Bolivia se suspendió el campeonato y en Brasil hay 11 jugadores sancionados por amaños. En Chile, en tanto, el Ministerio de Justicia ordenó a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional romper su contrato con una casa de apuestas online. ¿Puede el deporte recibir dinero de una actividad que causa comprobados impactos negativos en la sociedad?