En Gaza, la crisis humanitaria duele. Las madres enfrentan largas esperas con la esperanza de conseguir alimentos, pero la mayoría regresa sin éxito. La grave escasez alimentaria ya impacta a unos dos millones de personas. Los bombardeos se recrudecen mientras las personas huyen. La destrucción sistemática de vecindarios y la negación de asistencia humanitaria sugieren un posible intento de imponer un cambio demográfico permanente, en violación con el derecho internacional.