Esta semana, en Geek5D, analizamos cómo la IA ha pasado de ayudarnos con los deberes a limpiar nuestra casa con precisión milimétrica. Los nuevos robots aspiradores son capaces de reconocer obstáculos, detectar mascotas y adaptar su limpieza según el entorno.

Su secreto está en la tecnología LiDAR —la misma que emplean los coches autónomos—, que le permite “ver” el espacio en 360 grados y construir mapas digitales de la vivienda. Hoy desvelamos cómo estos sistemas combinan sensores de presión, algoritmos de aprendizaje y navegación inteligente para anticiparse a las necesidades del usuario.

El resultado: una generación de robots domésticos que no solo ejecutan órdenes, sino que aprenden de nosotros. Y eso plantea una pregunta fascinante: ¿hasta dónde queremos delegar nuestras tareas en la inteligencia artificial?

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