María, como creyente, vivió en una realidad concreta, donde Dios rea-lizó su plan de salvación para la humanidad. El evangelio es un anuncio poderoso de cómo Dios actúa en la historia humana y la convierte en historia de salvación. María dio una respuesta excelente a esa volun¬tad y participó en el gran misterio de la Encarnación. ¡María, intercede por nosotros para ser dóciles a la voluntad de Dios!