La limosna de la viuda pobre agradó al Señor más que los donativos de los ricachones. Es Dios quien valora nuestra generosidad y sólo a Él hemos de agradar
La limosna de la viuda pobre agradó al Señor más que los donativos de los ricachones. Es Dios quien valora nuestra generosidad y sólo a Él hemos de agradar