Puede que nos hayamos obsesionado tanto con las derivas modernas

de los géneros tradicionales que nos hayamos olvidado cómo se hacían antes los

discos de algunos géneros. Y si hay un género cuyas producciones están más

cerca de un film de Hollywood que de una película independiente hecha con un móvil,

esa es la salsa: Big Band infinitas en donde tanto la nómina de percusionistas

como de vientos como la versatilidad infinita de los músicos convirtieron el

género en el alma máter del ritmo latino… hasta que llegó el reggaetón.

Afortunadamente, hay artistas icónicos del género que imponen una

convivencia en el horizonte de lo que se entiende en el siglo XXI como ‘música

latina’. Entre ellos, Gilberto Santa Rosa, apodado “El Caballero de la Salsa” y

uno de los grandes representantes del género en las últimas décadas.

El puertorriqueño ha decidido recuperar el espíritu de

las grabaciones de la Fania All-stars, a la vez que reivindicar géneros que

parecen escondidos bajo la alfombra como el son montuno, la salsa más brava y

bailonga y hasta el bolero; a la vez que, en un momento en el que

países como Puerto Rico o República Dominicana parecen estar copados por los

ritmos urbanos, reivindicar que la salsa casi como género folclórico de las

islas centroamericanas.

De ahí que Gilberto Santa Rosa aproveche la

celebración de sus cuatro décadas sobre los escenarios con una nómina de casi

veinte colaboradores de renombre puertorriqueños, cubanos y dominicanos:

artistas de la talla de Tito Nieves, Luisito Carrión, Choco Orta, Maelo Ruiz,

Michelle Brava o Tito Rojas, entre muchos otros; recuperan el espíritu de un

repertorio plagado de clásicos del género, obras de compositores puertorriqueños

y cubanos de la talla de Arsenio Rodríguez , José Curbelo, Alain Pérez,

Consuelo Velázquez, Bobby Capó, Víctor Manuelle o Calixto Varela, entre otros.

Un álbum que no solo condensa el espíritu de la salsa

más brava y clásica, sino también una manera de trabajar: rodeado de

colegas, llevando el sonido de Big Band latina en un all-stars que resuena como

el último grito de un género que es el alma de América Latina.

Alan Queipo