Uruguayo, pero de pura cepa en Argentina, cruzó el charco para estos lados y se curtió entre avenidas y muchedumbre. Vivió en Piñeyro, partido de Avellaneda, y pegó pelotazos en las calles del barrio. Empezó a ir con pibes mas grandes a la cancha de Racing e Independiente y mamó el oficio entre miradas y preguntas futboleras. Con el tiempo, Walter Nelson, nos enseñó que hay que “mostrar y no decir las cosas” para poder entender e interpretar.
Pero el fútbol no era su única pasión. Su padre también lo empezó a llevar a ver peleas de boxeo al Luna Park y entendió, quizá, que a los golpes bien entendidos, uno aprende para después enseñar a aprender. “Si hasta parece mentira, mocoso sin sombra e barba, que de gurisito andaba prendido de mi bombacha”, escribió con la pluma José Larralde en su tema “Cosas Que Pasan”.