Una mujer estaba poseída por un demonio. Ella juró ir a Soissons y preparó velas y cera. La mujer hizo su confesión y luego viajó a Soissons. Entró en la iglesia, oró en el altar y fue presa del diablo.
Pidió a la Virgen que la liberara. La Virgen libró a la mujer del demonio, y ella la alabó y le dio limosna.