La gracia de Dios siempre sonará como una locura ante nuestras limitadas mentes humanas. Pero es por esa gracia inmerecida que ante las quejas constantes de Israel, respondió con sustento y provisión abundante.
La gracia de Dios siempre sonará como una locura ante nuestras limitadas mentes humanas. Pero es por esa gracia inmerecida que ante las quejas constantes de Israel, respondió con sustento y provisión abundante.