Aunque nosotros paguemos a Dios con pecado sobre pecado, cada día el nos devuelve gracia sobre gracia, al darnos con cada día más de vida una nueva oportunidad de volvernos a Cristo y reconocerle como único Salvador personal.
Aunque nosotros paguemos a Dios con pecado sobre pecado, cada día el nos devuelve gracia sobre gracia, al darnos con cada día más de vida una nueva oportunidad de volvernos a Cristo y reconocerle como único Salvador personal.