Si tú tienes hijos o piensas tenerlos algún día, mi consejo es este: no te pierdas ningún momento. Si cometiste errores, no cargues con la culpa; pide perdón, abraza a tus hijos y sigue adelante. Los momentos compartidos hoy serán los recuerdos que atesorarán mañana. Y si aún tienes cosas que resolver con tus propios padres, tal vez sea el momento de buscar el perdón, porque la vida no se trata de ser perfectos, sino de aprender y amar a pesar de nuestras imperfecciones.