Hoy la historia del buen samaritano, esa hermosa parábola de Jesús en el evangelio de Lucas, nos lleva a reflexionar sobre el corazón de este hombre del relato, que no dejó que sus propias heridas le impidan sanar las de otro, todo lo contrario, la empatía por el dolor que aquel hombre estaba pasando, lo llenó de compasión y no dudó en ayudarlo.