Todo en el universo es mental, por ejemplo primero desde el plano espiritual o desde la creatividad divina tuvo que nacer la idea de que se podía construir un aparato que nos intercomunicara a todos (que después bautizamos como celular), luego la mente humana se puso en marcha para diseñarlo, pensar en su hardware y todos los componentes que debían ser creados para lograrlo así como en el software y sus funcionalidades. Hasta que finalmente la consistencia y la insistencia lo lograron, crearon un dispositivo que nos permite estar más conectados con las personas que nos importan. Una vez más el ser humano demostró su potencial creativo desde el mundo espiritual hasta el mundo material.

Pero, si todo es mental ¿Porque el mundo no es el lugar pacífico y lleno de amor que queremos? Muchas veces me hice esta pregunta, y trataba de encontrarle un sentido a todo lo que titulamos como negativo y que sigue sucediendo en el mundo. Y llegué a la conclusión de que el camino es totalmente individual, que cada persona debe tomar la decisión de salir de su zona de confort para empezar a cultivar sus pensamientos. Es algo que no nadie puede hacer por ti, es tu propia alma que cansada del sufrimiento se tendrá que poner en marcha para empezar a limpiar su interior de toda la negatividad que fue cultivada por otras personas con el consentimiento inocente.

Este poder de cultivar nuestros pensamientos conlleva el camino hacia el interior, hacia nuestra parte más pura donde podamos ver con claridad lo que realmente somos (nuestra esencia espiritual). Es nuestra eternidad la que aleja el miedo, la que nos ayuda a trascender aquello que ya no debe ser cargado por nuestra versión actual. Lo que está listo para ser liberado.

El mundo está hecho para ser el cielo en la tierra, pero si aún no lo ves así es porque aún hay trabajo por hacer. Acompáñame en otro capítulo donde hablamos de que a través del amor hacia nosotros mismos podremos despertar del sueño del infierno en la tierra, para convertirnos en mejores personas y poder disfrutar esta experiencia que llamamos vida desde la compasión y nuestra verdadera luz.

Bienvenido a otro espacio de reflexión interior.

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Episodio anterior:

Ep#3 De la oscuridad a la luz: Todo lo que vivimos tiene un propósito espiritual.

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Cómo saber si vivimos en la oscuridad? Pues porque aun no podemos aceptar la realidad tal cual es sin agregarle nuestros juicios de como debería ser. Antes, constantemente me asombraba de como era el mundo en general, opinaba de que las cosas no deberían ser esto, o no deberían ser aquello, vivía con una constante sensación de que todo estaba mal, que aquel que era bueno o tenía esperanza en el mundo era simplemente un inocente de como realmente era la vida.

Pero, a medida que empece a meditar, que empecé a ir a terapia, que empecé a leer descubrí un nuevo mundo para ser cultivado dentro de mi, empecé a juzgar menos, a apartarme de la mirada prejuiciosa, a dejar de querer cambiar a los demás, porque dentro de mi se estaba instaurando una paz que no habia sentido nunca en mi vida.

Me recluí por muchos meses en mi casa, sintiendo que no habia nada más por lograr, que la felicidad no era la sensación de logro, sino la sensación de sentir paz dentro de mi, y me preguntaba como continuar en el mundo si lo único que deseaba era meditar para estar en constante conexión con ese espacio que emana de mi interior, un espacio de dicha absoluta, que es casi imposible reemplazar por cualquier otra sensación o experiencia.

Hoy te puedo decir, que a partir de ahí he empezado un camino que me parece más profundo, el cultivar en mi interior estados virtuosos que me permitan ser más compasiva, más amorosa, más paciente, más llena de paz.

El mundo constantemente nos dice que tenemos que ponernos una armadura para ir a la batalla, que hay que defendernos para cuidar nuestra supervivencia. Pero, que pasara, si la clave no es subir las armas sino más bien bajarlas? ¿Como se sentiría el no tener que buscar tener la razón con nadie? El fluir y aceptar que habrán batallas que no deban ser ganadas y otras que se ganarán con amor y paciencia.

Bienvenido a otro espacio de reflexión interior.

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Sólo a quien le ha llegado a su puerta la invitación para mirar en su interior podrá abrirse a la posibilidad de que la iluminación es el destino para si mismo y para los demás.Soy Estefanía Lozano, Life coach de bienestar y meditación, y en este episodio te quiero compartir aprendizajes, reflexiones y experiencias sobre el antes y el después de mi despertar espiritual. Mi narración no tiene otro objetivo que hablar sobre la espiritualidad como el camino hacia la iluminación, que las experiencias místicas o trascendentales de pronto son pistas de que estamos en el camino correcto, y que el sufrimiento en cambio es la indicación de que por ahí no es.Estoy encontrando en este podcast mi espacio seguro para convertirme en la persona a la que aspiro llegar a ser: una mejor persona. No porque alguien me lo esté pidiendo, sino porque es mi corazón quien dirige ahora mis acciones. Soltarme a todo este proceso fue totalmente aterrador, no porque me hayan hecho algo o haya visto cosas, sino porque el miedo que vive en nuestro interior de ser luz para los demás o ser diferente, se convierte en un camino solitario desde el punto de vista humano, pero también pacífico porque ahora encuentro alegría en estar más conmigo misma. Bienvenido a este episodio donde el crecimiento es el camino.Para más información de nuestros planes de coaching https://somoskolibri.com/ Episodio anterior: EP#1 ¿Es la iluminación el destino de todos?https://www.youtube.com/watch?v=q0QoqOKXrJw

Crecer en un país occidental implicó que antes de nacer ya habían elegido una religión para mi. Mi familia fue católica pero no altamente practicante, así que las definiciones que tenían sobre muchas cosas no necesariamente eran espirituales sino más bien se sintieron cómo dogmas que todos habían acordado de forma social que eran ciertos. Así que fui bautizada y me acostumbré a que cada cierto tiempo de forma no habitual me llevaran a la iglesia a escuchar la misa.

Al crecer y tener que cambiarme de país, empecé a conocer otras religiones gracias al despertar que mi mamá tuvo, tales como el hinduismo o el taoismo. Gracias a ella estuve en contacto con personas que tenían otras creencias y de forma inconsciente las acepté, nunca se me hizo sentir que ellos estaban equivocados y la iglesia católica en lo correcto. Más bien, pasamos momentos muy agradables, muchas de esas personas se convirtieron en grandes amigos para mi mamá, seguían siendo personas como nosotras pero que se vestian, comían o rezaban de forma diferente.

Pero, lo que nunca me fue introducido fue el budismo, fue una religión de la que no había escuchado mucho al respecto, hasta que tuve mi despertar espiritual en el 2023, en ese entonces muchas creencias que tenía sobre la vida no concordaban con lo que estaba descubriendo de mi y de otros, y al llegar al budismo y aprender algunas enseñanzas de Buda a través de los maestros, sentí que había llegado a mi lugar.

Sin embargo, esa parte dual que tenía en mi mente, me seguía juzgando, que tenía que elegir entre el budismo o mi religión natal, tuve mucho confrontamiento interior y al final descubrí que la clave estará en aprender a convivir con las dos y sentirme plena en ambos sitios.

La más grande enseñanza que nos dejó Buda es que el cielo en la tierra si existe, y que es un proceso de desarrollo interior que tiene como meta la iluminación. Y en este episodio les traigo una incógnita que nos invita a pensar que todos podemos trascender el sufrimiento, y que el sufrimiento es parte de una experiencia mental.

¡Bienvenidos a ser parte del recorrido espiritual de una ingeniera que medita!