La ciencia afirma que la reducción de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global no será suficiente para lograr mantener el termómetro a un nivel adecuado para que los humanos podamos vivir decentemente. Las emisiones acumuladas son tantas que la solución pasa por extraer el CO2 del aire. Para ello Islandia inauguró la primera planta de captura y almacenaje de dióxido de carbono.