La idea de orar audazmente puede incomodar a muchas personas. Para muchos orar es hablarle a Dios con delicadeza, tratar en lo posible de molestarle lo menos posible… Dios, por el contrario, nos invita a acercarnos a él con confianza y en todo momento, porque nos ama y quiere ayudarnos. En la vida de Josué podemos ver la importancia que tiene en nuestras vidas la comunicación constante y audaz con Dios. Podemos apreciar lo que sucedió cuando Josué no oró, no pidió la dirección de Dios y las consecuencias que trajo. Pero también podemos aprender de lo que Dios puede hacer, cuando decidimos depender absolutamente de Él.