Durante la primavera de 1940, el comandante Charles Goodeve, de la Marina Real Británica y de su Departamento de Desarrollo de Armas Diversas, tuvo la innovadora idea de un mortero lanzador hacia delante para la guerra antisubmarina. En mayo de 1941 se llevaron a cabo pruebas satisfactorias del dispositivo, y la Royal Navy hizo un buen uso del arma contra la amenaza de los submarinos alemanes.
El nuevo pero sencillo dispositivo consistía en una caja de acero que contenía cuatro filas de seis misiles de tipo granada. El arma se disparaba como un lanzacohetes. Y, cuando estaba cargada con 24 proyectiles, daba la apariencia de la espalda erizada de un puercoespín, de ahí el nombre de Erizo.