En el capítulo 10, Enrique narra el mundo onírico en el que fue envuelto durante su adolescencia. Los sueños lo llevaron a conocer a la muerte, a interpretar los viajes que realizaron personas cercanas a él. También tuvo experiencias extra corporales que le permitieron viajar hasta su madre, a kilómetros de distancia. Y en esos sueños, también tuvo una novia, una extraña novia que lo visitó, cada noche, hasta los 16 años.