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Heridas con amor (de parte de Dios)
Sufrimos debido a que vivimos en un mundo caído.
Nos hacen sufrir, ya que vivimos rodeados de gente caída.
DIOS nos hará sufrir eternamente si no nos arrepentimos de nuestros pecados.
Pero aún si somos REDIMIDOS en Cristo; es muy probable que DIOS nos haga sufrir (con amor, temporalmente).
SEÑOR, no me REPRENDAS en tu furor, Ni me CASTIGUES en tu ira.
Porque tus SAETAS cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu MANO. (Salmo 38:1-2)
¿Trata severamente a sus hijos el Señor? Sí, pero no para arruinarlos, sino para instruirlos.
¿Castiga Dios a sus hijos? Sí, pero no con IRA - sino con AMOR.
Dios sacudirá nuestra conciencia y nos llevará a momentos de crisis para quebrantarnos y doblegarnos en arrepentimiento; para que siendo su misericordia lo único que tengamos, sea entonces todo lo que nos baste para ser dichosos.
Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. (Sant. 4:9)
Las flechas que Dios dispara a sus hijos, tienen como propósito llevarnos a una mayor cercanía, a una más profunda dependencia, a un más fiel sometimiento, a una más firme confianza y a una más íntima comunión con Él, nuestro Padre y Alfarero, nuestro Pastor y Redentor.
Es mil veces mejor el trato de Dios disciplinándonos como sus hijos, que la ira del Señor atormentándonos como sus enemigos.
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By samuel hernández clementeSufrimos debido a que vivimos en un mundo caído.
Nos hacen sufrir, ya que vivimos rodeados de gente caída.
DIOS nos hará sufrir eternamente si no nos arrepentimos de nuestros pecados.
Pero aún si somos REDIMIDOS en Cristo; es muy probable que DIOS nos haga sufrir (con amor, temporalmente).
SEÑOR, no me REPRENDAS en tu furor, Ni me CASTIGUES en tu ira.
Porque tus SAETAS cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu MANO. (Salmo 38:1-2)
¿Trata severamente a sus hijos el Señor? Sí, pero no para arruinarlos, sino para instruirlos.
¿Castiga Dios a sus hijos? Sí, pero no con IRA - sino con AMOR.
Dios sacudirá nuestra conciencia y nos llevará a momentos de crisis para quebrantarnos y doblegarnos en arrepentimiento; para que siendo su misericordia lo único que tengamos, sea entonces todo lo que nos baste para ser dichosos.
Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. (Sant. 4:9)
Las flechas que Dios dispara a sus hijos, tienen como propósito llevarnos a una mayor cercanía, a una más profunda dependencia, a un más fiel sometimiento, a una más firme confianza y a una más íntima comunión con Él, nuestro Padre y Alfarero, nuestro Pastor y Redentor.
Es mil veces mejor el trato de Dios disciplinándonos como sus hijos, que la ira del Señor atormentándonos como sus enemigos.