Llegamos a esta relación esperando que el otro sanara nuestras heridas sin saberlo comunicar. Llegamos
a esta relación esperando que el otro resolviera los problemas que habíamos creado y no sabíamos
cómo resolver. Llegamos a esta relación huyendo de nuestra vida pasada esperando que este amor o
este apego o esta necesidad curaría todo.
¿No dicen que el amor y el tiempo lo cura todo?
Y así vivimos tu y yo dándole tiempo al tiempo, viviendo una vida ocupada para ver si así dejábamos de
sentir, para ver si así dejábamos el pasado atrás. Nunca pensábamos en el presente o el futuro más que
para ver cómo escapábamos de lo que habíamos creado antes.
No teníamos tiempo de hablar o pensar. Esa es una buena vida, trabaja duro, vive intensamente, habla
de cualquier cosa para pasar el tiempo, y así te irás a la cama rendido sin tiempo para pensar.
Este encierro nos puso cara a cara, tiempo para pensar, tiempo para hablar y hasta tiempo para
sanar…pero ¿Cómo sanas eso que no puedes nombrar?
¿Te repito mi historia desesperada y triste? ¿Escuchó la tuya una vez más? Tragedias compartidas,
corazones rotos, pobreza inesperada, padres que no nos comprendieron y mucho más que compartimos
y nos hizo creer que por fin habíamos encontrado alguien que nos comprendía. Alguien que entendía
nuestro martirio.
¡No quiero más de esto! Quiero huir, no quiero estar junto a ti, quiero huir, pero este encierro nos
mantiene juntos, quiero huir pero me he pasado la vida huyendo. No sé si tú tienes lo que busco, pero
yo no quiero más de esto. Es hora de cambiar, es hora de sanar, pero no sé cómo empezar.