A partir de 1959, se produjo el fin del aislamiento internacional y el abandono de la autarquía económica dando lugar al inicio del desarrollismo, etapa de gran crecimiento económico, en la cual España paso de ser un país agrario a ser una potencia industrial en 1970. Pese a los profundos cambios económicos y sociales del régimen franquista en la década de los sesenta la respuesta a cualquier disidencia siguió siendo puramente represiva.

La población española pasó de los 30 millones de habitantes de 1960 a los más de 35 de 1975. La esperanza vida al nacer ascendió de forma notable. Sin embargo, el fenómeno demográfico más importante sin lugar a dudas fue la emigración. Casi 5 millones de españoles abandonaron el medio rural, la mitad de ellos para buscar trabajo en el extranjero. La marcha de la población del campo a la ciudad aumentó los desequilibrios territoriales y cambió profundamente la estructura social.

La dictadura de Franco sobrevivió hasta el último día de vida de su fundador, hasta su muerte en la cama de un hospital, el 20 de noviembre de 1975. Casi 40 años de poder absoluto, pero la evolución política y social de los últimos años demostró que la continuidad del régimen era imposible. La sociedad española, después de años de intensa transformación económica y social, caminaba por otro lado.