La adaptación a un cambio no se resuelve con los «échale ganas», es un proceso doloroso, difícil, donde perdemos algo, entramos en duelo, se nos crispan las emociones y nuestro ánimo parece montaña rusa.
Y no me malentiendas, después de una caída sin duda hay que levantarnos, pero entre la caída y la levantada hay un camino que aún hay que recorrer y hay que prestarle atención. Únete al club de Hijas del Drama, déjate ser y vive tus emociones.