La fabricación de armas de fuego, por suerte o por desgracia, acompañan al ser humano desde sus inicios hasta la actualidad. Algunas personas las ven como un instrumento de seguridad e incluso de defensa, por el contrario, otros como discordia y violencia. Seguro que todos tienen una explicación.

Alguien en su día atacó y alguien en su día tuvo que defenderse.

La invención de la pólvora en el siglo IX, hizo que a partir de este momento allá por China, aparecieran las primeras armas de fuego conocidas.

Ya en el siglo XIII, los árabes llegaron a perfeccionar la técnica con cañones de madera y reforzados con correas de hierro. Pero la aportación decisiva llegó un siglo más tarde, en el XIV, cuando aparecieron los primeros cañones de bronce y cambiaron la historia de las guerras. A partir de la edad media, comienza una evolución que despega en la edad moderna.

A finales del siglo XVIII llega a Asturias la fábrica de armas de Trubia y comienza aquí la historia, de una verdadera ciudad que surgió en el valle y que nos ha dejado un valioso patrimonio histórico.